La historia del desarrollo de la televisión ha sido en esencia la historia de la búsqueda de un dispositivo adecuado para explorar imágenes. El primero fue el llamado disco Nipkow, patentado por el inventor alemán Paul Gottlieb Nipkow en 1884. Era un disco plano y circular que estaba perforado por una serie de pequeños agujeros dispuestos en forma de espiral partiendo desde el centro. Al hacer girar el disco delante del ojo, el agujero más alejado del centro exploraba una franja en la parte más alta de la imagen y así sucesivamente hasta explorar toda la imagen. Sin embargo, debido a su funcionaba naturaleza mecánica el disco Nipkow no eficazmente con tamaños grandes y altas velocidades de giro para conseguir una mejor definicion.
Los primeros dispositivos realmente satisfactorios
para captar imágenes fueron el iconoscopio, descrito anteriormente,
que fue inventado por el físico estadounidense de origen ruso Vladimir
Kosma Zworykin en1923, y el tubo disector de imágenes, inventado
por el ingeniero de radio estadounidense Philo Taylor Farnsworth poco tiempo
después. En 1926 el ingeniero escocés John Logie Baird inventó
un sistema de televisión que incorporaba los rayos infrarrojos para
captar imágenes en la oscuridad. Con la llegada de los tubos y los
avances en la transmisión radiofónica y los circuitos electrónicos
que se produjeron en los años posteriores a la I Guerra Mundial,
los sistemas de televisión se convirtieron en una realidad.
Emisión
Las primeras emisiones públicas de televisión las efectuó la BBC en Inglaterra en 1927 y la CBS y NBC en Estados Unidos en 1930. En ambos casos se utilizaron sistemas mecánicos y los programas no se emitían con un horario regular. Las emisiones con programación se iniciaron en Inglaterra en 1936, y en Estados Unidos el día 30 de abril de 1939, coincidiendo con la inauguración de la Exposición Universal de Nueva York. Las emisiones programadas se interrumpieron durante la II Guerra Mundial, reanudándose cuando terminó.
En España, se fundó Televisión Española (TVE), hoy incluida en el Ente Público Radiotelevisón Española, en 1952 dependiendo del ministerio de Información y Turismo. Después de un periodo de pruebas se empezó a emitir regularmente en 1956, concretamente el 28 de octubre. Hasta 1960 no hubo conexiones con Eurovisión. La televisión en España ha sido un monopolio del Estado hasta 1988. Por mandato constitucional, los medios de comunicación dependientes del Estado se rigen por un estatuto que fija la gestión de los servicios públicos de la radio y la televisión a un ente autónomo que debe garantizar la pluralidad de los grupos sociales y políticos significativos.
A partir de la década de 1970, con la aparición de la televisión en color los televisores experimentaron un crecimiento enorme lo que produjo cambios en el consumo del ocio de los españoles.
A medida que la audiencia televisiva se incrementaba por millones, hubo otros sectores de la industria del ocio que sufrieron drásticos recortes de patrocinio. La industria del cine comenzó su declive con el cierre, de muchos locales.
En México, se habían realizado experimentos en televisión a partir de 1934, pero la puesta en funcionamiento de la primera estación de TV, Canal 5, en la ciudad de México, tuvo lugar en 1946. Al iniciarse la década de 1950 se implantó la televisión comercial y se iniciaron los programas regulares y en 1955 se creó Telesistema mexicano, por la fusión de los tres canales existentes.
Televisa, la empresa privada de televisión más importante de habla hispana, se fundó en 1973 y se ha convertido en uno de los centros emisores y de negocios más grande del mundo, en el campo de la comunicación, ya que además de canales y programas de televisión, desarrolla amplias actividades en radio, prensa y ediciones o espectáculos deportivos.
La televisión ha alcanzado una gran expansión en todo el ámbito latinoamericano. En la actualidad existen más de 300 canales de televisión y una audiencia, según número de aparatos por hogares (más de 60 millones), de más de doscientos millones de personas.
A partir de 1984, la utilización por Televisa del satélite Panamsat para sus transmisiones de alcance mundial, permite que la señal en español cubra la totalidad de los cinco continentes. Hispasat, el satélite español de la década de 1990, cubre también toda Europa y América.
En 1983, en España empezaron a emitir cadenas de televisión privadas TELE 5, Antena 3 y Canal +. En 1986 había 3,8 habitantes por aparato de televisión, en la actualidad ha bajado a 3,1. A finales de los años ochenta, había en Estados Unidos unas 1.360 emisoras de televisión, incluyendo 305 de carácter educativo, y más del 98% de los hogares de dicho país poseía algún televisor semejante al nivel español.
Hay más de 8.500 sistemas ofreciendo el servicio de cable, con una cartera de más de 50 millones de abonados. En la actualidad en todo el mundo, la televisión es el pasatiempo nacional más popular; el 91% de los hogares españoles disponen de un televisor en color y el 42%, de un equipo grabador de vídeo. Los ciudadanos españoles invierten, por término medio, unas 3,5 horas diarias delante del televisor, con una audiencia de tres espectadores por aparato.
Durante los años inmediatamente posteriores
a la II Guerra Mundial se realizaron diferentes experimentos con distintos
sistemas de televisión en algunos países de Europa, incluida
Francia y Holanda, pero fue la URSS, que comenzó sus emisiones regulares
en Moscú en 1948, el primer país del continente en poner
en funcionamiento este servicio público. Cerca del 98% de los hogares
en la URSS (3,2 personas por receptor) y en Francia (2,5) posee televisor,
siendo el porcentaje de 94 en Italia (3,9) y93 en los hogares de Alemania
actualmente parte de la reunificada República Federal de Alemania
(2,7).
El Televisor
Definicion: (TV), transmisión instantánea de imágenes, tales como fotos o escenas, fijas o en movimiento, por medios electrónicos a través de líneas de transmisión eléctricas o radiación electromagnética (ondas de radio).
Imágenes de televisión
La fotolitografía corriente se caracteriza por la división de la imagen en una enorme cantidad de puntos pequeños luminosos u oscuros. La transmisión facsímil (fax), sistema de transmisión eléctrica de fotografías, dibujos o elementos impresos, también se basa en esta subdivisión en puntos. En ambos casos, los puntos son tan pequeños y tan numerosos que la imagen aparece al ojo del observador como un todo integrado. Las imágenes de televisión están formadas análogamente por un esquema de elementos tonales que configuran una imagen completa.
Sin embargo, a diferencia de los puntos de un grabado
o de la transmisión facsímil, que aparecen simultáneamente
en la superficie del papel, los diferentes elementos tonales de la imagen
de televisión aparecen en la superficie de proyección uno
tras otro en una secuencia temporal; forman la imagen porque la persistencia
de la visión los combina para formar una imagen completa.
Exploración de imágenes
La subdivisión de una imagen en una secuencia de elementos individuales que más tarde puede volver a combinarse con el fin de recrear dicha imagen, se efectúa mediante una técnica denominada captación de imágenes. El objetivo va pasando por toda la imagen de forma análoga a como el ojo del lector recorre una página escrita, palabra a palabra y línea a línea. Esa exploración genera una señal eléctrica proporcional a la luminosidad del punto explorado. En el receptor, un segundo dispositivo recrea la imagen del objeto desplazando un punto de luz, modulado por la señal, en sincronismo perfecto con la captación del transmisor.
Hay diferentes medios de exploración, tanto mecánicos como eléctricos. Sin embargo, casi todos los sistemas modernos de televisión utilizan el movimiento de un haz de electrones que recorre la pantalla de los tubos tomavistas o de los tubos receptores. La ventaja de la exploración mediante haz de electrones radica en que puede desplazarse con mayor rapidez y puede explorar una imagen completa en una fracción de segundo.
Un esquema completo de exploración de barrido, como el representado, produce una única imagen estática, análoga a un único fotograma de una película. Al repetir el esquema varias veces por segundo, se registran los cambios de la imagen en movimiento, produciendo para el observador la sensación de movimiento continuo.
Cuanto mayor sea el número de líneas de barrido vertical en una imagen, y cuanto mayor sea el número de elementos registrados en cada línea según se explora de izquierda a derecha, mayor es la definición o capacidad de la imagen para mostrar detalles minúsculos u objetos pequeños. En televisión, la frecuencia de repetición del esquema y el número utilizado de líneas de barrido tiene que ser estándar para un determinado sistema. Para mayor comodidad, estas normas de televisión se fijan para todas las emisoras y receptores de cada país. En Europa y algunas otras partes del mundo se utiliza el sistema PAL (Phase Alternate Line), compuesto por 625 líneas y 25 imágenes por segundo que proporcionan una alta definición, ya que al transmitir cada fotograma como dos campos, se ven unas 50 imágenes por segundo. En Estados Unidos, sin embargo, las emisoras y los fabricantes de receptores adoptaron la norma de 525 líneas horizontales por fotograma y una frecuencia de 30 fotogramas por segundo. El sistema francés SECAM (Color Secuencial de Memoria) tiene 525 líneas con 30 fotogramas por segundo. España también utiliza este sistema. Según se incrementa el número de líneas y elementos se obtienen imágenes de televisión más nítidas.
Ahora, que ya sabemos como trabaja el televisor,
nos vamos a referir a la parte más importante del televisor: Su
receptor (Cinescopios), la pantalla y los circuitos receptores.
Receptores de televisión
El elemento más importante del receptor de televisión es el tubo de imágenes o cinescopio, que se encarga de convertir los impulsos eléctricos de la señal de televisión en haces coherentes de electrones que inciden sobre la pantalla final del tubo, produciendo luz así como una imagen continua.
El calentador y el cátodo generan un haz de electrones que se enfocan y se aceleran en dirección a la pantalla por medio de un voltaje aplicado a los ánodos. La señal amplificada de televisión (vídeo o video) se aplica a la rejilla, que modula la intensidad del haz a medida que éste explora la pantalla movido por las cargas aplicadas a las placas deflectoras horizontales y verticales. Cuando el haz incide sobre la pantalla fluorescente se genera un punto de luz. La intensidad del punto corresponde a la intensidad de la señal generada por la cámara.
El cinescopio guarda con el receptor la misma relación que el tubo tomavistas con el emisor de televisión. La estructura real del cinescopio corresponde a la de un tubo de rayos catódicos, que recibe este nombre por generar un haz de electrones que proceden del cátodo, el electrodo negativo.
Alojado en la parte más angosta de un tubo en forma de embudo se halla el cañón de electrones, compuesto por un filamento catódico, una rejilla de control y dos ánodos. Los electrones emitidos por el cátodo se enfocan para formar un haz compacto haciéndolos pasar por un pequeño orificio de la rejilla de control, que se mantiene a una tensión negativa respecto del cátodo. Este potencial ligeramente negativo de la rejilla hace que algunos electrones regresen al cátodo, dejando pasar sólo los que tienen una velocidad suficientemente elevada.
Los dos ánodos se hallan a un potencial positivo creciente con respecto al cátodo, aplicando una aceleración a los electrones. El efecto del campo eléctrico entre los dos ánodos consiste en enfocar los electrones que atraviesan el tubo de forma que incidan sobre un único punto de la pantalla en la parte ancha del tubo. Por lo general hay la posibilidad de modificar la intensidad relativa del campo para poder centrar exactamente el punto en la pantalla. Una bobina de enfoque magnético suele ser la encargada de realizar la misma función que el campo entre ambos ánodos.
Cuando se hace el vacío en el tubo y se le
aplica un voltaje elevado, uno de los extremos se ilumina debido a
los rayos catódicos (que hoy se sabe que son electrones) que impactan
en el cristal. El moderno tubo de imágenes de televisión
proviene directamente del tubo de Crookes. Las diferencias principales
estriban en que el tubo de rayos catódicos utiliza un cátodo
incandescente para aumentar el número de electrones, a diferencia
del tubo de Crookes, y en que el primero posee electrodos adicionales para
enfocar y desviar el haz en su trayectoria hasta la pantalla.
La pantalla está formada por un recubrimiento de la parte interior del tubo con alguno de los muchos tipos de productos químicos conocidos como sustancias fosforescentes, que presentan la propiedad de la luminiscencia al estar sometidos a un bombardeo de un haz de electrones. Cuando el tubo está encendido, el haz de electrones es perceptible en la pantalla en forma de un pequeño punto luminoso.
En el cinescopio, el barrido del haz de electrones se consigue mediante dos parejas de placas deflectoras. Si una de las placas tiene carga positiva y la otra negativa, el haz se aparta de la negativa y se acerca a la positiva. La primera pareja de placas del tubo representada en el esquema desplaza el haz hacia arriba y hacia abajo y la segunda pareja lo hace lateralmente. En el receptor se generan los voltajes oscilantes de barrido y se sincronizan perfectamente con los del emisor mediante los impulsos de sincronismo de éste. Así, al sintonizar una emisora en el receptor, el ritmo y secuencia de barrido del cinescopio quedan ajustados automáticamente a los del tubo tomavistas en el emisor. En los cinescopios actuale la deflexión se consigue mediante los campos magnéticos de dos pares de bobinas que forman un anillo deflector por fuera del tubo. Las corrientes de deflexión provienen de un generador en el receptor, sincronizado con el emisor.
La señal de cámara del emisor se amplifica
en el receptor y se aplica a la rejilla de control del cinescopio.
Cuando la rejilla se hace negativa por efecto de la señal,
la rejilla repele los electrones; y cuando la señal negativa
se hace lo suficientemente intensa, no pasa ningún electrón
y la pantalla queda a oscuras. Si la rejilla se torna ligeramente negativa,
algunos electrones la atraviesan y la pantalla muestra un punto de leve
luminosidad que corresponde al gris de la imagen original.
En primer lugar, la señal recibida en la antena
se sintoniza y se amplifica mediante el selector de frecuencias de radio.
Las señales se combinan, o mezclan, a continuación
con la onda de salida de un oscilador local. Los distintos amplificadores
intermedios procesan las partes de vídeo o video (imagen) y audio
(sonido) de la señal. Tras su detección y posterior
amplificación, la señal de vídeo atraviesa los circuitos
filtro hasta el tubo de imágenes. Este proceso genera un sonido
y un color continuos y sincronizados.
A medida que el potencial de la rejilla se va acercando al del cátodo, la pantalla muestra un punto brillante que corresponde al blanco en la imagen original. La acción concertada del voltaje de exploración y el de la señal de cámara hace que el haz de electrones describa un trazo luminoso en la pantalla que es la reproducción exacta de la escena original. La sustancia fosforescente de la pantalla continúa brillando durante un breve lapso después de haber sido activa por el haz de electrones, de forma que los diferentes puntos se entremezclan formando una imagen continua.
El tamaño del extremo del tubo del cinescopio
determina el tamaño de la imagen en la pantalla. Los cinescopios
se fabrican con pantallas que tienen una medida en diagonal (desde la esquina
inferior izquierda hasta la superior derecha) entre 3,8 y 89 cm. Ya se
han construido pantallas de cristal líquido, o LCD, para los televisores.
La fabricación de tubos de grandes dimensiones resulta costosa y
difícil y además corren mayor riesgo de rotura. Para obtener
una imagen muy grande con tubos relativamente pequeños se suele
proyectar la imagen sobre pantallas translúcidas u opacas. Estos
cinescopios de proyección trabajan con tensiones muy altas para
producir imágenes notablemente más luminosas que las que
generan los tubos normales.
Circuitos receptores
Los circuitos de los receptores modernos de televisión son a la fuerza muy complejos, pero la idea general de cómo funcionan resulta fácilmente comprensible a la vista de la figura 4. La señal que recibe la antena se sintoniza y se amplifica en la etapa de radiofrecuencia. En la etapa de modulación la señal se mezcla con la salida de un oscilador local en el receptor que genera una frecuencia constante. Esta mezcla, o modulación, produce frecuencias heterodinas correspondientes a la señal de imagen y a la de sonido. Una vez separadas por circuitos filtro que permiten el paso de una banda de frecuencias y rechazan todas las demás, ambas señales se amplifican independientemente. La señal de sonido se amplifica en un amplificador intermedio, se demodula y se vuelve a amplificar de nuevo con un amplificador audio igual que en los receptores ordinarios de FM. En muchos de los receptores modernos, la señal de sonido se separa de la de imagen en una etapa posterior en el amplificador de vídeo.
La señal de vídeo también se amplifica mediante un dispositivo intermedio independiente y a continuación se detecta. Tras someterla a otra amplificación posterior, la señal se divide con circuitos filtro en dos componentes separados. La señal de cámara y los impulsos de borrado pasan directamente a la rejilla del cinescopio para controlar la intensidad del haz de electrones. Los dos conjuntos de impulsos de sincronización se separan por filtrado en los componentes verticales y horizontales y se aplican a los osciladores que generan los voltajes usados para deflectar el haz de electrones. Las salidas de los osciladores vertical y horizontal se amplifican y se conducen al correspondiente conjunto de imanes deflectores del cinescopio a fin de formar el esquema de barrido.
La utilización de válvulas en la televisión comenzó su declive, igual que en el caso de la radio, a finales de los años sesenta. Se sustituyeron por los transistores, circuitos integrados y demás dispositivos electrónicos de estado sólido que son mucho más pequeños y consumen menos potencia.
El receptor doméstico de televisión
se ha ido haciendo con los años cada vez más complejo. El
televisor moderno ya no es sólo un elemento para sintonizar los
programas emitidos. Es una unidad compleja, controlada por software capaz
de recibir y visualizar servicios de teletexto y puede descodificar y reproducir
emisiones musicales de alta fidelidad. Además, la cantidad de circuitería
digital y de software en la televisión moderna (casi tan abundante
como en alguna de las naves espaciales de los años ochenta) permite
ajustarla y controlarla a gusto del espectador mediante un dispositivo
de control remoto. La mayoría de los televisores dispone de conectores
para enchufar grabadoras de vídeo y consolas de videojuegos. La
idea de que el televisor es algo que se enciende simplemente para
verse empieza a quedar bastante anticuada.